Habitualmente un adulto acude a un psicólogo experto cuando agota sus recursos y descubre que todos los intentos que él mismo ha hecho por mejorar o han fracasado, o no mantienen a medio-largo plazo las mejorías.
La petición de ayuda en estos casos implica normalmente muchas ganas de mejorar, y un alto compromiso con el proceso de cambio lo que ayudará al éxito y la brevedad de la terapia.
Otras veces, los clientes también puede acuden porque se han sentido “obligados” por otra persona y, realmente no tienen claro que es lo que quieren al inicio de la terapia. En estos casos, puede resultar más complejo el que el paciente empiece a colaborar, tomando las riendas de su propio proceso de cambio personal.
Lo que siempre está claro, es que una vez que se empiezan a poner en práctica las diferentes técnicas terapéuticas, el cliente mejorará y se sentirá con más fuerza para seguir colaborando en el proceso terapéutico.
No hay que tener miedo a consultar por pensar que quizá eso que preocupa no sea importante, ya que lo que para unos es grave, otros lo pueden considerar como aspectos difíciles de la vida con los que hay que convivir y que no se pueden cambiar. Lo importante es lo que vive cada uno y la necesidad que cada persona tiene de sentirse mejor. Nosotros aceptamos sin juzgar lo que el paciente ofrece, intentando reducir o eliminar la dolencia que cada persona presenta.
Para que se produzca un problema tiene que ocurrir lo siguiente:
- Que no se afronte la dificultad de manera adecuada.
- Que al ver que dicha dificultad persiste, se insista con las mismas soluciones.
- Que se genere un círculo vicioso entre el problema y las soluciones «falsas».
Mediante el proceso terapéutico, la persona irá descubriendo nuevas estrategias para afrontar sus problemas, recursos con las que él mismo cuenta, pero que hasta ahora no utilizaba. Podrá reparar en las excepciones que rodean a la conducta problema y aprenderá nuevas habilidades que faciliten el mantenimiento de sus objetivos a largo plazo de forma autónoma.
Situaciones por las que habitualmente se suele solicitar la ayuda de un psicólogo experto:
- Problemas del estado de ánimo: depresión, astenia, tristeza, apatía, desesperanza, sentimientos de culpa, falta de energía, desmotivación, ganas de llorar, incapacidad para disfrutar de la vida…
- Trastornos de ansiedad: ansiedad generalizada, ataques de ansiedad estrés, obsesiones, miedos, fobias, estrés pos traumático…
- Baja autoestima, inseguridad.
- Trastornos de Alimentación: anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, ingesta compulsiva, vigorexia, ortorexia.
- Dificultades en la toma de decisiones y la resolución de problemas.
- Situaciones de crisis.
- Adicciones: drogas, tabaquismo, juego patológico o ludopatía.
- Problemas de sueño: insomnio, hipersomnia, pesadillas…
- Tratamiento del duelo.
- Problemas de pareja.
- Problemas sexuales: anorgasmia, vaginismo, dispaurenia, eyaculación precoz, disfunción eréctil, trastornos del deseo.
- Dificultades en las relaciones sociales y problema de comunicación.
- Manejo del DOLOR.